viernes, 13 de diciembre de 2013

Una noche más

Quería dar las gracias a todos los que se pasaron por la primera entrada y me dieron su opinión y esas cosas, se agradece mucho. Bueno, no me enrollo más, esta entrada será distinta a la anterior pero espero que os guste. Besitos de fresa <3

martes, 22 de octubre de 2013

La última batalla

De ante mano quiero agradecer que os toméis el tiempo para leer esto. Es la primera vez que escribo algo de esa longitud y de forma seria, por decirlo de alguna manera. Sólo es un intento, sé que no es gran cosa y que tengo mucho que mejorar, pero agradecería que me dierais vuestra opinión y esas cositas, significa mucho para mi. GRACIAS.

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-¿Dónde estoy?- Helena se despertó sobresaltada, aún aturdida tras varios días inconsciente. Se incorporó sobre la dura cama en la que se encontraba y miro a un lado y a otro buscando una señal que le indicará algo familiar en aquel lúgubre lugar, sin éxito alguno. Se frotó varias veces los ojos, como intentado hacer desaparecer una fina tela que le impedía ver con claridad lo que le rodeaba en aquel extraño lugar, soltó un perezoso bostezo y se estiró para desentumecer los brazos.

Cuando se disponía a levantarse de la cama, una señora mayor de una estatura más pequeña de lo habitual, entró por la puerta con algo entre las manos que Helena no supo identificar. -¿Ya te has levantado, niña?- Preguntó la mujer con voz ronca.

-¿Dónde estoy?- Preguntó Helena.

-Has dormido mucho, pensé que no despertarías- Siguió hablando la pequeña mujer sin darle mucha importancia a la pregunta que la joven acababa de hacerle. -Ha sido una dura batalla, me sorprende que ambos estéis vivos aún.

De repente una sucesión de imágenes surgió delante de Helena, escenas de sangre, pánico, brutales asesinatos, cadáveres por el suelo, miembros de alguien que dio la vida por seguir luchando en una batalla sin fin.

Casi sin darse cuenta sus labios exclamaron un nombre: -¡IVÁN!

La anciana se sobresaltó. -¿Iván? ¿De qué estás hablando hija?

-Necesito encontrar a Iván.- Dijo Helena con un nudo en la garganta.

-Oh, se me olvidaba, trajeron hasta aquí a un chico contigo, está en la habitación del fondo, quizá es a quien estás buscando.

La anciana condujo a Helena hasta la puerta y le dijo: -Aquí es, pero te advierto que no te gustará lo que vas a ver ahí dentro.

Helena hizo oídos sordos a lo que aquella mujer acababa de decirle y abrió la puerta de golpe. A medida que se iba acercando a la cama que había en el centro de la pequeña habitación, fue descubriendo un cuerpo inerte, no se movía excepto para coger aire con gran dificultad y soltarlo pocos segundos después. Estaba lleno de moratones, tenía cortes en los brazos y en la cara y una venda manchada de sangre le cubría parte de la cabeza. Cuando estuvo lo bastante cerca como para reconocer la cara de aquel chico, cayó de rodillas a un lado de la cama, se le escapó un pequeño grito ahogado y comenzó a llorar.

-Por favor, no te vayas.- Repetía entre lágrimas una y otra vez.

-Helena...- En un suspiro casi imperceptible y con apenas un hilo de voz llamó a la chica, la cual no parecía reaccionar ante las llamadas del joven moribundo.

-Helena... Acércate a mí, por favor, necesito verte una última vez...

La chica se puso en pie, se secó las lágrimas con la manga de su camisa y se acercó a Iván lo suficiente como para sentir su débil respiración en la cara.

-No te vayas... Tú no, por favor.- Suplicó ella una vez más.

-No hables, déjame decirte algo.- Le susurró Iván mientras le ponía el dedo índice sobre los labios. -Hemos luchado hasta el final, hemos dado todo por lo que queríamos. Lo único de lo que me arrepiento es de no haberte dicho lo que siento por ti mucho antes.

Helena rompió a llorar de nuevo.

-Solo te pido que no te olvides de mí, pero no dejes que eso te impida seguir adelante.-Respiro hondo y con apenas un soplo de aire pronunció sus últimas palabras. -Te quiero.
Iván cerró sus ojos y se dejó morir en los brazos de Helena, que lloraba desconsolada.


Acarició su cara una última vez y se dispuso a salir de la habitación. Sabía que aquel no era el fin y que daría su vida si era necesario para vengar la muerte de aquel chico y la de todos los que habían caído junto a él.